Archivo de 26 de marzo de 2023

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CLIENTELISMO vs. SOCIEDAD CIVIL

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

«Para las personas oprimidas es importantísimo saber que no están solas. Nunca dejen que nadie les diga que lo que ustedes hacen es insignificante».

Desmond Tutu

Este 18 de marzo las cosas no salieron como el régimen esperaba en el evento para defender nuestro petróleo (¿de quién?), ya que, aunque la afluencia no fue poca tampoco pudieron superar la marcha en defensa del INE, ni las del 8M, a las cuales se asistió por voluntad y no por obligación, lo cual generó molestia en las altas esferas porque la idea de demostrar músculo no funcionó del todo.

Con lo anterior vemos que desafortunadamente, cada acción de gobierno no busca generar una estrategia de gobierno exitosa, sino perpetuar el clientelismo como acción gubernamental. En la cual queda claro que el que no está con ellos, está contra ellos.

El clientelismo ha sido definido de múltiples maneras. No obstante, en términos generales todas las definiciones hacen referencia a «un tipo específico de relación de intercambio que puede ser incorporada en una variedad de formas estructurales y organizacionales» (Escobar, 1997:127), que se caracteriza por lazos jerárquicos y asimétricos (Auyero, 2001; Clark, 2004; Trotta, 2003) apoyados en el ejercicio del poder social, económico y político (Auyero, 1997, 2001) y el acceso diferencial a los recursos (Bearn Liikala y Fellow, 2002; Manzetti y Wilson, 2007; Roniger, 1997).

Así, se trata de un tipo particular de vínculo en el cual «existe un patrón y un cliente: el patrón proporciona bienes materiales, protección y acceso a recursos diversos y el cliente ofrece a cambio servicios personales, lealtad, apoyo político o votos» (Audelo Cruz, 2004).

Es claro que, la anticipación de la sucesión presidencial y el método de elección han propiciado (aún más) la proliferación de clientelas para este gobierno, ya que las épocas de elecciones se caracterizan por interacciones de alta intensidad que generan que los flujos clientelares se incrementen, puesto que las y los precandidatos necesitan, por fuerza, acercarse los sectores de mayor necesidad

Esto hace que los sectores desfavorecidos se sientan escuchados y que sus demandas sean tenidas en cuenta, porque los aspirantes y el gobierno que pretende conservar el poder centran su preocupación en la obtención de votos. Situación que no ocurre en periodos no electorales.

Por su parte las Organizaciones de la Sociedad Civil se constituyen por grupos de personas que se dan un marco de normas y reglas que regulan su acción, con el objeto de resolver problemas en un contexto inmediato que les exigirá negociar, acordar, colaborar, neutralizar otros actores para desarrollar estrategias que le permitan pasar del contexto actual al deseado.

La Sociedad Civil Organizada se da a partir de qué inconformes decidieron agruparse para tratar de acortar la distancia entre la situación que vivían y la situación deseada, para vencer los obstáculos que no permiten a la sociedad o a un sector de ella aproximarse a una situación ideal.

La Sociedad Civil se propone visibilizar y resolver problemas socialmente relevantes, en un contexto inmediato que les exija negociar, acordar, colaborar, neutralizar otros actores así como desarrollar estrategias, caminos que le permitan cambiar las cosas realmente.

Vivimos en nuestro país momentos donde las palabras ya no alcanzan, que son insuficientes, la triste realidad las agota, las vence, las hace casi inútiles. En su reemplazo se impone el coraje, la frustración, el miedo. Todos los sentimientos se agolpan y se hacen uno.

Un país donde solo se escuchan las voces concurrentes, donde disentir es traicionar, donde quien habita en Palacio y sus súbditos les restan valor, sentido, razón a las voces inconformes, las convierten en simple ruido, estableciendo a la indiferencia como mecanismo de gobierno

Es importante, darnos cuenta de que no obstante los muros que el régimen cree inquebrantables una vez más, como ha ocurrido antes, la sociedad civil revive, se manifiesta, se vuelve coro y grito. Se hace gobierno y exige, reclama lo que a su derecho conviene. Se hace soberanía; la autoridad que recae en el pueblo.

Una vez más, como ya pasó, ante la tragedia, la solidaridad toma sus prendas ciudadanas y se manifiesta, alza la voz, ya no calla.

Pero la oficialidad normaliza la violencia, el encono, la guerra de unos contra otros. Siembra odio para cosechar votos.

Decía Galeano «somos lo que hacemos para cambiar lo que somos». Por eso se requiere la suma de voces al unísono, la disonancia favorece la polarización, recordemos el ejemplo de Chile, de la calle surgió la alternativa. La soberanía ganada en el reclamo justo y democrático que, a través del voto, se hace gobierno.

El gobierno ya logró erosionar el sentido de lo comunitario y lo institucional, es evidente la debilidad del estado, la crisis, la fragmentación social, cada día, a pesar de que lo repitan mil veces para hacernos creer que la mentira supera la evidencia.

Como sociedad civil tomemos conciencia de lo valioso que es contar con una mejor calidad de vida, ya no toleremos burlas y canalladas. Llegó el momento de actuar, y decidir de qué lado queremos colocarnos, ser clientela o sociedad civil.

Correo: luis_sanchezcaballero_rigalt@pressingpolitico.com




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