Archivo de diciembre 2023

31
Dic
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24
Dic
23

REPASO ANUAL

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

«El único límite para nuestra realización del mañana serán nuestras dudas de hoy. Sigamos adelante con fe fuerte y activa».

Franklin D. Roosevelt

2023, sin duda fue un año complejo, difícil, que nos sirvió para reflexionar sobre aspectos tan simples como disfrutar y a la vez extrañar a la familia, valorar y reencontrarnos con cosas que no le dábamos importancia, como una buena conversación, una lectura junto a la ventana, para retomar buenos hábitos y que nos enseñó que las 24 horas del día pueden rendir muchísimo.

Año donde el Cruz Azul volvió a jugar con nuestros sentimientos ,que exhibió para los mexicanos un gobierno indolente, que vive fuera de la realidad mundial y que le importa poco las consecuencias de sus inacciones porque lo que importa es estar bien en el «populometro».

Que demostró que no importa que la discursiva pueda modificarse constantemente para sostener con un cinismo increíble que no se dijo lo que se dijo.

Antes de terminar este año quiero compartirles que, dado que el año que viene habrá elecciones en la mitad de los países del orbe, observo que las y los políticos al iniciar con tanta anticipación las campañas están ya en procesos de saturación – como dicen los economistas- de mercado.

El mercado se regula a partir de la oferta y la demanda. La demanda se da cuando entre el público existe una determinada necesidad, aparecerán personajes que la intentarán satisfacer mediante un producto o servicio que colme las aspiraciones de los clientes en términos de calidad-precio. Lo mismo ocurre en la arena política donde hoy no vemos productos atractivos y una polarización permanente que ya cansa.

Estamos viviendo momentos en que un producto es ofrecido en una cantidad mayor a la demandada por eso me atrevo a decir que vivimos ya una saturación de mercado electoral y lo trágico es que ni siquiera han arrancado las campañas.

Por otro lado, tenemos un presidente que sale todos los días a hablar de lo que sea, aprovechando que a pesar de la saturación sigue bien evaluado en términos de sus atributos personales, y es visto como un líder honesto que se preocupa por los que menos tienen, sin embargo, la mayoría de la población considera que no ha dado los resultados que ofreció en seguridad, economía o combate a la corrupción.

El presidente registra un saldo positivo en cuanto al manejo de programas sociales, educación y combate a la pobreza, pero la población se divide respecto a su actuación en el tema de salud y lo reprueba en el resto de los rubros.

Lo anterior no obstante que ha sido despiadado e indolente con la muerte de jóvenes en el Estado de Guanajuato, entidad que su partido no gobierna y se ve difícil que lo haga, ha sido imprudente y deshumanizado, ha proferido calumnias contra las y las jóvenes víctimas acusándolos de consumir drogas sin ninguna prueba.

Sin embargo, pide respeto para la fallecida madre y abuela de conocidos narcotraficantes definiéndose como humanista.

Esta indolencia e insensibilidad que se pretende esconder bajo un discurso de humanismo resulta grave y peligrosa, vivimos en un permanente contexto global con amenazas y ataques terroristas, crisis migratorias, y este tipo de conductas no generan ningún optimismo sobre un mayor compromiso en la defensa de los derechos humanos, pero desgraciadamente si su permanente vulneración al amparo de que los «resultados pesan más que la retórica», aun cuando haya escasez de lo primero y exceso de lo segundo.

Por lo que el año que viene será un año complicado para las y los mexicanos, incluidos a las y los candidatos, quienes tendrán que valerse de la creatividad para generar estrategias inteligentes para lograr ese acercamiento y empatía con el pueblo.

Desafortunadamente para la ciudadanía, debemos reconocer con franqueza que, por la experiencia vivida en estos meses, ha quedado de manifiesto que no aplican ni las estrategias ni la innovación, circunstancia que hace parecer que las cosas permanecerán en el estado que se encuentra a menos que la ciudadanía decida lo contrario.

Por otra parte, no puedo obviar que estos días consiguen poner de manifiesto la alegría y el compromiso, condiciones indispensables para afrontar las dificultades y la necesidad de cambio que nos plantean estos tiempos.

El año que pronto concluirá nos ha puesto a prueba y nos ha enseñado la necesidad de esforzarnos para que ninguna crisis sea capaz de deteriorar la convivencia y el correcto funcionamiento de las instituciones.

Quiero enviarles un mensaje lleno de afecto, respeto, esperanza y de ilusión, con la confianza de que el nuevo año nos va a traer grandes retos, pero también grandes logros.

Deseo de todo corazón que disfruten estos días, con sus seres queridos demostrándoles todo su amor.

Al tiempo que les recuerdo que son tiempos de solidaridad, de dar lo mejor de nosotras y nosotros mismos, hoy más que nunca son momentos para compartir, de estar ahí, de ser sororas y fraternos, de dejar nuestras diferencias atrás y ver hacia delante para seguir consolidando nuestro desarrollo personal y profesional.

Vivamos estos días con alegría, no para ignorar los problemas, sino para ser conscientes de que juntas y juntos podemos trabajar para darnos nuevas razones para el optimismo.

Sin duda, es una época propicia para manifestarle a todas y todos cuánto se les quiere y aprecia.

Les deseo una Feliz Navidad y un gran año nuevo con mis mejores deseos para todas y todos de Paz, Salud y Prosperidad.

AGRADECER QUE ME DISTINGAN CON SU LECTURA, INFORMADOLES QUE LA SIGUIENTE SEMANA NO SE PUBLICARÁ ESTA COLUMNA, NOS VEMOS EL PRÓXIMO 7 DE ENERO.

luis_sanchezcaballero_rigalt@pressingpolitico.com

19
Dic
23

AMLO LLAMA A COMBATIR EL NARCOTRÁFICO  

Por Eduardo Macías Garrido

El presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a la población a combatir el narcotráfico «entre todos», tras el enfrentamiento en Texcaltitlán, Estado de México. Pidió evitar que los jóvenes consuman drogas, para que no sucedan este tipo de actos de violencia.

El enfrentamiento en el Estado de México dejó 14 personas muertas, entre delincuentes y pobladores de Texcaltitlán, y el presidente de la República lo reduce a «cuidar que no haya consumo de droga, porque tenemos que combatir el narcotráfico».

Qué no es una labor del Estado combatir a la delincuencia organizada, precisamente para que la droga no llegue a las calles y siga envenenando a los jóvenes de este país. Es decir, la obligación de todo gobierno es aplicar la ley, y en este caso sancionar a todos aquellos que la infrinjan.

Ahora resulta que la culpa es de la gente que no cuida que no haya consumo de droga. Es responsabilidad de todo padre y madre de familia inculcar valores a sus hijos y alertar a sus hijos del flagelo de las adicciones, pero es el gobierno el que debe evitar a toda costa que la droga llegue del proveedor al consumidor.  

Hemos dicho ya muchas veces que la política de «abrazos no balazos» no funcionó, ni mucho menos la de acusar a los delincuentes con su mamá. Una de las principales obligaciones de todo Estado es brindar seguridad a sus ciudadanos, para lo cual lo que se necesita es aplicar la ley.

Ya basta de discursos superficiales y de seguir a estas alturas de la administración del presidente López Obrador seguir culpando a los gobiernos anteriores. No basta con atender a los jóvenes, de que sirve presumir que en los cinco sexenios anteriores se invirtieron 7 mil millones de pesos y en estos cinco años 110 mil millones de pesos a través del programa «Jóvenes Construyendo el Futuro», cuando las cosas no mejoraron, sino al contrario, cada día empeoran más.

En el enfrentamiento del Estado de México murió el jefe de plaza de la familia Michoacana en la región, Rigoberto de la Sancha Santillán, alias «El Payaso», así lo afirmó el fiscal mexiquense, José Luis Cervantes Martínez, quien confirmó la identidad del sujeto.

No habría sido mejor que este y los otros dos sicarios que perdieron la vida en los enfrentamientos con habitantes del municipio, hubieran estado tras las rejas enfrentando un proceso legal. A decir del fiscal mexiquense, el jefe de la plaza y los otros dos delincuentes de alto nivel se tenían como objetivos prioritarios.

Además de estar apapachando a los jóvenes como lo pide el señor presidente, su gobierno debería proporcionar seguridad pública a todas las personas para evitar la comisión de delitos, lo cual cuando se hace en forma eficiente, permite garantizar el pleno goce de los derechos humanos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.  

Se le olvida al presidente humanista que la seguridad ciudadana es un derecho humano, de conformidad con el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el cual establece que: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona».

La seguridad es un derecho humano, condición necesaria para el funcionamiento de la sociedad y uno de los principales criterios para asegurar la calidad de vida.

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17
Dic
23

DE LA LUCHA DE CLASES A LA LUCHA DE FRASES

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

«Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas».

Proverbio árabe

Se supone que los gobernantes necesitan tener una idea de lo que proponen hacer. La cual necesariamente debe ser racional, practicable y con fines que tengan como destinario el beneficio colectivo.

Lo que significa que no debería haber gestión política sin una idea de lo que se pretende hacer. Eso ha sido así desde los orígenes de la convivencia, sin embargo, hoy día se busca llenar-irónicamente- espacios con frases vacías y sin sentido y se prioriza la conveniencia de mentalizar a las masas apelando más a polarizar que a proponer,

Hoy en México en plena precampañas, sólo observamos descalificaciones entre las y los actores políticos, en una competencia por establecer quien dice la frase más desafortunada.

Dirigentes locales que promueven a titulares de órganos «autónomos» para tener operadores electorales a modo, mientras su líder quiere desparecer otros de la especie porque no sirven para nada, otros que se emberrinchan y rompen bloques de contención, mientras otros no saben hacía donde van y siguen acompañando al régimen respondiendo cada provocación sin darse cuenta que son oposición.

Sin duda, lo que estamos viendo en estos tiempos es que rompen cualquier estrategia de markenting político, ya que se supone que las promociones ayudan a incrementar la percepción positiva hacia una persona o partido político.

La clave debería estar en crear una estrategia creativa y efectiva para el electorado al que se dirige, pero sólo estamos escuchando lo mismo que desde hace 5 años se repite como mantra gubernamental de ida y vuelta.

El factor sorpresa es otro de los aspectos clave para enganchar al público objetivo y generar en él interés, La técnica de la promoción en teoría permite captar nuevos adeptos, fidelizar los que ya se tienen y mejorar la notoriedad, salvo una de las precandidatas nadie engancha, de resultar ganadora la hazaña será como aguantar casi un año sin caer en el escenario de la provocación que, desde ya, empezó en Palacio Nacional.

Otro tema fundamental -que por cierto los golpes bajos están conduciendo hacía allá-, es que la imagen es igual a la percepción y que con el tiempo se convierte en reputación, por lo que lograr un impacto positivo en la imagen política es determinante.

Sin embargo, sólo nos encontramos con que los políticos, todas y todos sin excepción, están llenos de lugares comunes; «van a acabar con la pobreza y la desigualdad, con la inseguridad con la corrupción», y una larga lista de etcéteras que siempre dicen y nunca ocurren.

Para los antiguos, los lugares comunes eran los argumentos empleados por los oradores para que todos pudieran coincidir en un punto y darle la razón. Con el tiempo, se volvieron tan habituales que fueron perdiendo su efecto y pasaron a convertirse más bien en frases hechas, en tópicos gastados.

Investigando al respecto, descubrí que esto ocurre porque hace falta utilizar más el sentido común en lugar de tratar de colocarse en una situación de reivindicación de las creencias y los deseos.

Sin embargo, todos los discursos que oímos cotidianamente el mensaje se limitan a conseguir del receptor una reacción básica que consiste en la aceptación pasiva del contenido de la comunicación sin que medie oposición crítica.

En la comunicación cotidiana, es muy frecuente usar lugares comunes. Un lugar común es un vicio del lenguaje que refleja pobreza de pensamiento, falta de criterio, poca capacidad de análisis y limitada contención receptiva. Es muy útil en el discurso demagógico, pues genera y se alimenta de una especie de retórica de la trivialidad.

Es posible advertir este fenómeno en el discurso político de aquellos que con frecuencia hacen uso de figuras retóricas para lograr convencer al destinatario que no obstante caer en lugares comunes, cautiva a receptores, aunque en el fondo no digan nada.

El lugar común transmite ideas gastadas, banaliza las referencias y eleva el grado de imprecisión y sobreentendido al que está expuesto todo mensaje lingüístico. Es un vicio que demuestra poca imaginación de quien lo emplea.

Por ello se recurre constantemente a los lugares comunes para confirmar en la realidad una idea creada falazmente en la mente del emisor.

Estamos en el peor de los momentos, vemos campañas anticipadas basadas en opiniones que se forman por la influencia más directa de quienes las repiten constantemente hasta llegar al extremo de la manipulación.

Desafortunadamente, las y los políticos han ido abandonando el discurso racional y el pensamiento analítico y han optado dirigirse a los votantes con mensajes simples y elementales que sólo transmiten seguridad y emoción para obtener votos, la tragedia es que ganan y no tienen la menor idea de cómo gobernar.

luis_sanchezcaballero_rigalt@pressingpolitico.com

12
Dic
23

UNA TRAS OTRA……AHORA EN NUEVO LEÓN  

Por Eduardo Macías Garrido

No nos debe sorprender que los jóvenes se decepcionen, que la gente se harte de una política rancia, caduca, donde ya no da para más el actuar irresponsable de muchos políticos. Escándalo tras escándalo, donde pareciera que no les importa la gente y que lo único que buscan es saciar su hambre de poder.

Ahora el protagonista es el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien en días pasados anunció que ya no será el candidato a la presidencia de la República por Movimiento Ciudadano. Después de una serie de errores legales y del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el impresentable de Samuel nos dice que ya no competirá en la carrera presidencial.

Además de demostrar un desconocimiento total de la Constitución de la entidad que dice gobernar, y causar una crisis interna en la misma, deja claro que está muy verde y que hay cuentas públicas que le preocupan en caso de llegar un gobernador interino que no sea afín a su partido, lo cual pudiera sacar a la luz pública un nuevo escándalo.

Criticó en su momento a Jaime Rodríguez Calderón, «El Bronco», quien buscó la presidencia de México en el 2018, y ante una lamentable campaña política plagada de ocurrencias, fracasó y regresó a Nuevo León entre reproches. Pero hoy se comporta igual o peor, con todo este sainete político lo único que hizo fue quedar en ridículo y dejar en claro que es un joven inestable e inmaduro, con una campaña por la presidencia de la Republica que tan solo duro diez días.

Cómo tomar en serio a una persona que apenas hace unas semanas afirmaba: caballo que alcanza gana, y como olvidar cuando declaró en campaña para la gubernatura de Nuevo León, que, si ganaba, el no dejaría el cargo para contender por la presidencia de la República.

Hay que acostumbrarse a las «samueladas» y tomarlas de quien vienen. Este último incidente penoso no tiene lógica alguna bajo los argumentos de Samuel García. Ya tenía una licencia concedida por el congreso local, ya había gobernador interino que le hubiera permitido continuar con su campaña en forma normal. Sin embargo, al parecer hubo «razones» de peso que lo obligaron a dejar su sueño de lado y renunciar a ser el próximo presidente de México, pues según el propio Samuel iba en ruta de ganar las encuestas y después la presidencia.

Ahora que sus planes se vienen abajo y queda en evidencia el miedo que tiene de que no sea alguien de confianza quien ocupe el cargo en su ausencia, vuelve a salir con argumentos infantiles para explicar porque decidió unilateralmente volver al cargo que dejó, traicionando la confianza de todos los que votaron por él: «Tengo palabra. Les prometí que no iba a dejar a Nuevo León en las garras de la vieja política».

Que cinismo y que poca vergüenza. Ahora resulta que se dio cuenta después de la resolución de la Suprema Corte, que lo más importante es Nuevo León y no sus sueños alimentados desde Palacio Nacional y por el líder de su partido, Dante Delgado, en entrar a una campaña donde no tenía posibilidades reales de éxito.

A la ciudadanía y próximos electores en 2024, este episodio vergonzoso de la política nacional les debe de dejar un mensaje claro: Los neoleoneses no fueron irresponsables y mucho menos tontos. Aunque le dieron en su momento un voto de confianza a Movimiento Ciudadano y a Samuel García, establecieron contrapesos al votar por partidos diferentes en el Congreso local, y así evitar atropellos y actos de autoritarismo.

Correo: eduardomacg@icloud.com

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10
Dic
23

POLITICA SIN DIALOGO

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

«No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino».

Goethe

La política se define como el arte de lo posible, frase que ha sido atribuida a Aristóteles, pero la verdad es que no es el único que la ha pronunciado hay quienes señalan que es de Maquiavelo otros que fue Winston Churchill, y hasta se le reconoce a Bismark.

Establecer acuerdos –es decir, negociar– constituye un quehacer ineludible, que implica a todos y cada una de las políticos y políticos, y la importancia de los intereses en juego es prácticamente ilimitada, si se tiene en cuenta que sus determinaciones impactan positiva o negativamente en toda la sociedad.

Sin embargo, en México tenemos claros y nítidos ejemplos de que la negociación no es el camino para la búsqueda de consensos, sino la imposición y el ejercicio del poder de quienes se creen toda y todo poderosos que, aunque requieran de las y los demás para cumplir sus fines, prefieren la amenaza y la violencia para cumplirlos.

Casos sobran, pero lo ocurrido con el Gobernador de Nuevo León y la Fiscal de la Ciudad de México, son emblemáticos.

Lo son, porque ambos sabían y saben de antemano que no cuentan con los votos necesarios en sus respectivos Congresos Legislativos y aun así prefieren usar otros métodos de persuasión e intimidación que la negociación política.

Toda negociación implica ceder sino entonces hay rendición, este último objetivo lo buscan perfiles tiránicos y antidemocráticos, que desafortunadamente vemos que en nuestro país se manifiestan cada día más.

La democracia implica entre otras cosas, que diferentes partidos compitan por el voto ciudadano con el objetivo de poner en práctica sus programas de gobierno a través de políticas públicas.

Cada partido presenta ideas aparentemente diferentes en las elecciones y lo natural es que pretendan gobernar sin tener que pactar con otras formaciones a no ser que la cantidad de integrantes afines los obligue a contar con los adversarios.

Sin embargo, en las democracias evolucionadas, surgen voces que piden consensos políticos que, inevitablemente, pueden desnaturalizar las propuestas electorales de los partidos, pero a cambio fortalecer y enderezar el rumbo de las naciones.

Desafortunadamente en los últimos tiempos y con la polarización a todo lo que da, los espacios plurales de decisión política se han convertido en una arena de conflicto en la que los actores principales se lanzan infundios recíprocos y no se avanzan en temas que la sociedad demanda. En tales condiciones, la posibilidad de alcanzar acuerdos resulta inviable.

Hoy día, la polarización de posturas políticas se presenta como irreconciliable, porque siempre se culpa al otro como responsable de las circunstancias adversas, por lo que resulta imposible desarrollar un diálogo pacífico, ya que, si no se está de acuerdo con una postura, la diferente se califica como falsa, como si sólo existiera un punto de vista.

Hemos caído en la práctica del fanatismo político, ya que cualquier persona que disienta de la postura que se esgrime se descalifica y se considera una amenaza a la causa.

A meses de la sucesión presidencial y la renovación de 9 gubernaturas, y del Congreso de la Unión y de la mayoría de las alcaldías y presidencias municipales, así como de los Congresos Legislativos Locales, se vislumbra imposible que nuestras y nuestros políticos hagan valer en la práctica democrática diaria la capacidad de alcanzar acuerdos para calmar los enconos.

Se ha carecido de oficio para negociar, para buscar el consenso e incorporar los puntos de vista de los rivales porque de eso se trata la política.

El Consenso significa un acuerdo que todos aceptan de una vez por todas, es un instrumento político de utilidad en momentos determinados y para cuestiones especiales.

Aun así, no es una circunstancia extraordinaria como para que no pueda darse. En momentos de polarización debe exigirse a los líderes políticos se pongan de acuerdo en asuntos que afectan el rumbo del país.

Sobre todo, en aspectos tan relevantes como el modelo de Estado que para garantizar estabilidad no debe someterse al traqueteo de la contienda política

Es a través del diálogo que se impulsa la vida democrática, ya que en la deliberación acerca de los asuntos que competen a la colectividad, se pone a prueba de los argumentos que se exponen para probar su efectividad.

Así, se fortalecen las relaciones democráticas, porque los acuerdos políticos necesitan un criterio amplio acerca de los posibles beneficios de otras perspectivas y una disposición no sólo a tolerar sino a escuchar con atención la disensión, incluida una disposición por cambiar nuestra postura si existen razones convincentes para hacerlo.

Lord Acton dijo que: «El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente». Por ello, es importante poner límites a quienes ejercen el poder de manera absoluta.

La búsqueda de consensos debe ser una buena enseñanza que, unida a la práctica diaria de muchos políticos, exponga a la ciudadanía que la responsabilidad no está reñida con la política. Quizás así los ciudadanos comencemos a pensar que nuestros políticos forman parte de la solución y dejan de ser considerados un problema.

05
Dic
23

LOS JOVENES Y LA POLÍTICA  

Por Eduardo Macías Garrido

En días pasados al terminar un semestre más en la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, me preguntaba por qué muchos jóvenes se muestran apáticos frente a las próximas elecciones del 2024 y como motivarlos e ilusionarlos a participar.

Hoy entiendo que si a los que ya no son tan jóvenes les decepciona como se manejan muchas cosas en la política en México, donde en casi todas las ocasiones es una lucha de un grupo de poder frente a otro, a los jóvenes les pasa igual, no se sienten representados y menos motivados para salir a votar y, por mucho, ser el fiel de la balanza.

La población de jóvenes esta conformada por 13,036,956 hombres y 12,859,493 mujeres. En cambio, en el país se cuenta con una población adulta mayor de 10,939,569 personas, de los cuales 4,928,167 son hombres y 6,011,402 mujeres.

A nivel nacional, los jóvenes representan el 30.7% de la población total del país. No cabe duda de que son el futuro, de que tienen que involucrarse más, y que debemos explicarles la importancia de salir a votar y así puedan incidir en las próximas elecciones a celebrarse en México en el año 2024.

El pasado 23 de noviembre al tener el honor de recibir la presea Alfonso X «El Sabio», como parte de mi trayectoria como maestro por más de quince años en la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, tuve la oportunidad de platicar con algunos de mis exalumnos, a quienes traté de explicarles el compromiso que todos tenemos frente a la sociedad y ante nosotros mismos, esta obligación de no dejar en manos de otros nuestro destino y de lo que queremos como Nación.

A los jóvenes hay que invitarlos a reflexionar, a cuestionar. Tenemos que convencerlos con argumentos. Como en el futbol, el director técnico tiene que convencer a sus jugadores que el sistema que desea implementar es el mejor.  

En el aula de clases hay que convencerlos de que tienes los conocimientos, la experiencia y que puedes aportar algo a sus vidas, de lo contrario, no será un semestre exitoso. Ya no funciona aquello de que «yo soy la autoridad y aquí yo mando». Se vence, convenciendo. La mejor palabra es el ejemplo.

La presea Alfonso X «El Sabio», tiene gravado en su anverso: «No ambiciones más que un solo derecho, el de cumplir tu deber». El deber de todo docente es enseñar e instruir a sus alumnos, el dedicar gran parte de su tiempo a otros seres humanos sin tener más ambición que transmitir conocimientos, valores y experiencias para formar mejores personas.

El político debe gobernar con honestidad, valores y siempre pensando en el gobernado. Como esto en la mayoría de los casos no sucede, el joven se decepciona al no encontrar una oferta a la altura de sus expectativas.

Los candidatos a la presidencia de la República, a gobernadores y a la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, deberán estar a la altura de los jóvenes para atraer su voto, para convencerlos de que son congruentes en lo que dicen y han hecho durante su carrera política, de que, aunque representen a un grupo de poder, ellas o ellos son la mejor opción para que millones de jóvenes tengan más y mejores oportunidades.

Ojalá se dejen de pelear entre ellos, que sean menos descarados en sus ambiciones de poder y puedan convencer con hechos, de que el votar por ellos, independientemente del partido al que pertenezcan, son la mejor opción para millones de jóvenes que ya están hartos de discursos vacíos y de políticos que no les motivan a participar.

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03
Dic
23

LA IMPORTANCIA DE RENDIR CUENTAS

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

《Lo que no son cuentas, son cuentos》

Dicho Popular

 En un país donde se manipula la verdad constantemente y se usa indiscriminadamente el gaslighting, como una forma de abuso psicológico para manipular la percepción de la realidad del otro, se vuelve obligado y muy necesario que las y los servidores públicos rindan cuentas.

La rendición de cuentas es un espacio de interlocución entre los servidores públicos y la ciudadanía. Por ello se agradece a quien realiza esto como un acto verdaderamente republicano y no sólo como un hecho de mera promoción.

La rendición de cuentas tiene como finalidad generar transparencia, condiciones de confianza entre gobernantes y ciudadanos y garantizar el ejercicio del control social a la administración, sirviendo además de insumo para ajustar proyectos y planes de acción para su realización.

Los mecanismos de rendición de cuentas permiten a los ciudadanos y otros obtener con mayor facilidad información sobre la gestión de las entidades públicas y sus resultados, generando mayor transparencia, activando el control social, permitiendo a su vez que las administraciones tomen mejores decisiones incrementando la efectividad y legitimidad de su ejercicio.

Junto con la transparencia, la rendición de cuentas  es un derecho de las y los ciudadanos y una obligación de las autoridades. La rendición de cuentas no sólo es un enunciado y un deseo de buena voluntad, sino una responsabilidad de los que gobiernan para hacer posible democratización de la información.

La rendición de cuentas es la obligación de las entidades y servidores públicos de informar y explicar los avances y los resultados de su gestión, así como el avance en la garantía de derechos a los ciudadanos, a través de espacios de comunicación pública.

Desde el nacimiento de los regímenes democráticos, la transparencia y la rendición de cuentas son piedras angulares de los mismos, ya que dan legitimidad y credibilidad al sistema político democrático, al tiempo que permiten vigilar que éste sirva a los intereses de la colectividad. Además contribuyen a que gobernantes, legisladores y funcionarios públicos atiendan al interés general antes que a sus intereses particulares

La rendición de cuentas se basa en divulgar información pública. Para ello las entidades deben generar datos y contenidos sobre la gestión, el resultado de ésta y el cumplimiento de sus metas y planes de gobierno, así como a la disponibilidad, exposición y difusión de datos, estadísticas o documentos por parte de las entidades públicas. Los datos y los contenidos deben cumplir el principio de calidad de la información para llegar a todos los grupos poblacionales y de interés.

La transparencia es un elemento crítico para hacer que la gobernabilidad sea más efectiva. Al hacer que la información esté disponible, crea una base para una mayor rendición de cuentas a los ciudadanos.

La transparencia es una condición necesaria para promover la rendición de cuentas, hace que la información esté disponible, pero también resulta indispensable la publicidad para que la información sea accesible, así como el establecimiento de mecanismos de rendición de cuentas.

La información que generan los gobiernos por sí misma no significa nada si no se publicita, si no llega a las audiencias interesadas, su efecto es nulo e inexistente. Por ello se vuelve indispensable hacerlos de su conocimiento a la ciudadanía a través de informes públicos que en la mayoría de los casos la legislación obliga.

Los informes de rendición de cuentas se refieren a aquellas prácticas en que las entidades públicas, después de entregar información, dan explicaciones y justificaciones a lo señalado en sus documentos.

Sin embargo en nuestro país dista mucho de eso, cada informe de alguna autoridad se ha convertido en una oda a sus administraciones y un  escondite a la autocrítica, el auto halago es la constante en todos los llamados ‘informes’.

Absolutamente todos dicen que en su gestión todo marcha bien, que no hay delincuencia, que ya se acabó la corrupción, que la vida inicio con su gestión y si algo está mal, evidentemente es culpa de los de antes, aunque ni numérica ni estadísticamente sostengan su dicho.

Es como si la percepción de la realidad de quienes gobiernan y los gobernados, por el hechizo de las palabras se entrelazaran y quedará mágicamente superada cualquier diferencia.

Sin embargo, estas históricas acciones de rendición de cuentas ya no responden a las nuevas exigencias de transparencia, en una sociedad cada vez más compleja, donde los actos de corrupción han superado la buena voluntad de las personas y ya las palabras no superan a los hechos.

Por tanto, y no simplemente por el hecho de que exista una ley que 《obligue》, la exigencia de una cultura de la transparencia debiera ser la meta de cualquier administración para lograr una sociedad mejor, más informada, más exigente y más participativa, consiguiendo así un verdadero gobierno abierto.




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