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07
Mar
23

AMARREN AL TIGRE

Por Eduardo Macías Garrido

Alguien dijo en alguna ocasión que amarraran al tigre, pues ahora parece que ese vaticinio se cumple, la ciudadanía despertó, sin duda ya sobrepasó a los partidos políticos, quienes ya no ofrecen nada nuevo al ciudadano, al contrario, siempre es más de lo mismo.  

Se reparten entre los mismos las candidaturas a puestos de elección popular y antes de ver por los intereses del ciudadano ven por su acomodo político. Los buscan en periodo electoral y después, en la mayoría de los casos, los abandonan a su suerte.

Quedó claro el pasado 26 de febrero que el zócalo capitalino no tiene propietario, y que puede ser llenado sin necesidad de acarreos. La gente defendió su democracia y rechazó categóricamente el bodrio, llamado “Plan B”, que lo único que pretende es descuartizar al Instituto Nacional Electoral (INE), de cara a las elecciones del 2024.

Alguien también dijo en alguna ocasión que es tonto el que piensa que el pueblo es tonto, y sí, la gente ve como cada día le alcanza menos el dinero para comprar tortillas, leche, huevos y demás insumos básicos, a cambio lo único que escucha todas las mañanas son medias verdades, mentiras descaradas, intrigas y conspiraciones que solo existen en las cabezas de unos cuantos.

Se les olvida a muchos políticos que los que persiguen hoy serán los perseguidos de mañana. El gobernar bajo sentimientos de venganza nunca lleva a buen puerto, al contrario, se van dejando muchas facturas en el camino, que tarde que temprano se cobraran.

Ahí tenemos el ejemplo en el juicio en Estados Unidos del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en donde se quedaron muchos pendientes en el tintero, incluyendo una declaración en juicio del exfuncionario. Posiblemente, el día de mañana cuando a nuestros vecinos del norte les convenga se filtrarán más datos del actuar de García Luna o bien al propio ex secretario se le puede ocurrir acogerse al criterio de oportunidad.

Alguien también dijo que el pueblo se cansa de tanta piche transa. Esto también es cierto, la gente ve con decepción que la corrupción no se ha erradicado, al contrario, ha aumentado de manera escandalosa. Se construyeron obras faraónicas que en nada han beneficiado a la ciudadanía, para qué sirve una refinería que no refina o un aeropuerto que no da un servicio de primer mundo.

Mucha gente pensó que con este gobierno su situación económica mejoraría, que se acabarían con los abusos del pasado e incluso que ellos y su familia estarían mejor protegidos de la delincuencia que en sexenios anteriores. Han podido constatar en carne propia que ninguna de estas cosas ha sucedido.

Muchos decepcionados han actuado con apatía, pero el ataque a la democracia los despertó, no se puede tolerar volver a los tiempos donde el voto no era respetado y donde ya sabíamos quién iba a ganar. A alguien se le olvidó que México no es Cuba, Venezuela o Nicaragua.

No calcularon que estos países no son vecinos de Estados Unidos ni tampoco su principal socio comercial. Nuestro vecino del norte no tiene buenos sentimientos ni tampoco es que le preocupen mucho los mexicanos, ellos tienen intereses y los van a proteger.

Así que sería bueno que pusieran en práctica sus dichos y que amarren al tigre, porque este ya se despertó. La polarización cada día deberá ir cediendo el paso a la razón. La gente no defiende a Lorenzo Córdoba, lucha por su democracia y por tener un país mejor en donde vivir.

Correo: eduardomacg@icloud.com

Twitter: @eduardo84888581

26
Feb
23

NARCISISMO Y CAMBIO DE PERCEPCIÓN

Luis G. Sánchezcaballero Rigalt

«Era como un gallo que creía que el sol había salido para oírle cantar».

Mary Anne Evans (1819 – 1880). Escritora británica conocida por el seudónimo de George Eliot

Sin duda alguna, este país es muy sui generis, se festeja como propios los éxitos de la justicia estadounidense contra un ex secretario de seguridad pública que después de ser encontrado culpable de 5 delitos entre ellos narcotráfico, ha sido materia para, desde adjudicarse la captura, el juicio y el veredicto, pasando por pedir la pérdida del registro del partido político que gobernó durante la gestión del ahora convicto (sin que este haya sido militante) hasta pedir a los desilusionados de ese partido durante los períodos que gobernó irse al que ocupa la silla actualmente, aunque hayan transcurrido más de 10 años de ese período. Y ni que decir lo de vender como el triunfo de la democracia destazar el INE.

Lo anterior, no sucede de la nada, colgarse éxitos ajenos ocurre porque existen personas que crean mentiras acerca de su identidad como una manera de ensalzar lo «importantes o valiosas» que son.

Este autoengaño, evidencia una necesidad de validación externa, una necesidad de reconocimiento tan intensa, que necesita de la invención porque la propia realidad no los satisface.

Se trata de un problema que afecta a tanto a nivel individual como colectivo, ya que las relaciones que se establecen con otras personas vienen condicionadas por esta egolatría exagerada o narcisismo.

Al fin y al cabo el fin justifica los medios, si ello implica apropiarse de un logro ajeno para alimentarse del reconocimiento que debería pertenecer a los demás, lo harán.

Las mentiras constantes, continuas y continuadas, es clara muestra que, para algunos, todo vale en este juego de poder en el que se busca saciar el hambre de reconocimiento.

Por otro lado, atizarle al partido opositor tiene sentido, ya que la mejor manera de desviar los probables vínculos con la delincuencia organizada, aunque haya evidencia, es achacarle este problema solo a ellos.

Lo que busca el régimen es aplicar la perceptología, que es una nueva tendencia dentro del marketing tanto comercial y político que trata de incorporar elementos para manejar las percepciones de forma adecuada, logrando así un éxito.

Los perceptologos la venden como la panacea de todos los males y según ellos todo se basa en elementos concretos, pero la verdad manipular la percepción y con ellos la realidad, no está exento de la utilización de bases alejadas de la ética.

Y esto tomando en cuenta que el totalitarismo no puede vivir sin la mentira, la manipulación de la opinión pública mediante métodos engañosos sobre la percepción es el triunfo de la mentira, propio de dirigentes con pensamiento totalitario.

A los líderes autoritarios les importa más lo que piensan de ellos que la realidad que lo rodea, convencen a la gente repitiendo millones de veces una mentira, hasta convertir la verdad. Y se repite tanto, que hasta ellos mismos creen que es cierta.

Quienes gustan ocultar la realidad, se imponen la meta de introducir en la mente de la ciudadanía una opinión a su gusto.

La perceptología busca dominar la mente del ciudadano, sin importar si contraría la realidad. Su éxito es mantener opiniones positivas sobre una situación, así tenga que usar la mentira o el engaño deliberado.

Buscan controlar la opinión pública para someter la mentalidad colectiva a los deseos del gobernante que está en permanente propaganda, propio de regímenes autoritarios que siempre buscan que divulgue lo favorable y rechazar lo que no.

Para este gobierno, la necesidad de la distracción es por su vulnerabilidad, no quiere exhibir las debilidades e incapacidades. Por ello, el juicio del ex secretario de seguridad pública se suma a la larga lista de distractores ante la permanente falta de resultados.

Por fortuna, la manipulación de la opinión no es eterna, por eso siempre los regímenes dictatoriales caen, la percepción es transitoria, la realidad es permanente, a la realidad solo la modifican hechos reales; a la falsa percepción la derroca el tiempo.

luis_sanchezcaballero_rigalt@pressingpolitico.com

11
Dic
22

OBSESIÓN POR EL PODER

“El hombre siente de tal modo la obsesión de la eternidad que no duda en aceptar la inmortalidad aun al precio del infierno”.

Georges Benjamin Clemenceau.

Luis Sanchezcaballero Rigalt

El pasado miércoles 7 de diciembre Perú se sumió en un caos político tras la decisión del ahora expresidente Pedro Castillo de disolver el Congreso y de instaurar «un gobierno de excepción» que, según aseguró, gobernaría a través de decretos ley hasta que un nuevo Parlamento con poderes constituyentes elaborara una nueva Constitución.

El anuncio del mandatario fue inmediatamente respondido con acusaciones de que estaba dando un «golpe de Estado». La decisión de Castillo fue cuestionada no solamente por la oposición, sino también por otras autoridades del Estado -incluyendo la Policía y las Fuerzas Armadas- y generó una ola de renuncias de altos funcionarios, entre los que se encuentran varios ministros y embajadores.

Mientras tanto, los miembros del Congreso adelantaron unas horas la sesión que tenían prevista para debatir y votar una moción de vacancia contra Castillo que, finalmente, terminó en su destitución del cargo.

Con la caída de Pedro Castillo y la actual mandataria Dina Boluarte, Perú suma ya seis Presidentes de la República desde 2018.  Analistas señalan que, los recurrentes cambios en la presidencia del país se explican también por la fragmentación política y por el diseño institucional del país que facilita que tanto Congreso como el presidente puedan anular las facultades del otro poder.

Lo ocurrido en Perú no es cosa menor si consideramos que en nuestro país en la madrugada Morena y sus aliados dolidos por no poder hacer la reforma constitucional electoral ordenada por López Obrador, aprobaron una de las peores reformas hechas en décadas, no sólo por lo regresivo de su contenido, sino por los vicios de procedimiento, la falta de técnica legislativa y los notorios vicios en la constitucionalidad.

Esta reforma entre otras cosas obliga a una retabulación de salarios para que ningún consejero gane más que el salario del presidente de la República. Elimina seguros de gastos médicos mayores e insta a que todos los trabajadores sean considerados en el régimen de confianza e inscritos en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). También orilla al INE a liquidar fideicomisos que le permitían retener recursos públicos previstos para sus trabajadores.

La estructura del INE y del Tribunal Electoral también se compacta. Desaparece la secretaria ejecutiva y el servicio profesional de carrera. Se fusionan o eliminan diversas direcciones, áreas y unidades técnicas. Se planteó también que sus órganos distritales pasen de 300 a 260 en todo el país y que tengan carácter temporal y no permanente.

Otro punto polémico es la prohibición de “difundir de propaganda política o electoral que contenga expresiones que calumnien a las personas, a los partidos políticos o a los gobiernos emanados de estos.

Es claro que para Morena el INE con su estructura actual, no es útil para los fines que persigue, que es ganar a como dé lugar, y si no ocurre ganar aunque sea perdiendo, por ello, pretende debilitar al árbitro para asegurar una elección a modo, si no resulta preparar el terreno para un conflicto postelectoral que les permita permanecer en el poder.

La crisis política de Perú debe dejar alguna enseñanza para el caso mexicano, ya que el actual período del Ejecutivo se ha distinguido por la aprobación e imposición de leyes a modo (para supuestamente implementar un modelo de nación).

Propuestas legales como el plan B electoral, anacrónicas, alejadas de la realidad mundial y con graves vicios de constitucionalidad, aunado a la persecución política a opositores, la insistencia de imponer un control estatal sobre los órganos autónomos, la censura a los medios de comunicación no afines por sólo mencionar algunos métodos con los que se gobierna, típicos de una democracia dirigida.

Lo lamentable de ello, es que las democracias dirigidas se sitúan entre las democracias liberales y las dictaduras. Este híbrido se caracteriza por poseer la estructura institucional de una democracia, pero con nula capacidad de imposición para resguardar los principios democráticos, el Estado de Derecho y el respeto a las leyes por parte de las autoridades que buscan permanecer en el poder.

Son autoritarismos revestidos de formalidades democráticas y con la característica de que si bien el origen del poder de estos mandatarios es legítimo porque nace del voto popular la modalidad de ejercicio del poder es autoritaria.

De allí que, muchos califican a estos gobiernos de dictaduras por su fuerte tendencia a concentrar el poder y afectar las libertades públicas en los que afloran los semblantes autoritarios de quienes hoy tienen la mayoría del país.

En los estudios sobre la personalidad autoritaria parece persistir el concepto weberiano del poder como atributo. Más allá de establecer mediciones en las distintas escalas, el poder parece seguir siendo “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad

Desde una línea distinta, Foucault instala el concepto de un poder que circula, en una estructura reticular que remite a los vínculos sociales. La microfísica del poder foucaultiana sugiere “… No analizar las formas reguladas y legítimas del poder a partir de su centro…, captar, en cambio, el poder en sus extremidades, en sus terminaciones, ahí donde se hace capilar”.

Esta idea circulatoria del poder lleva, de algún modo, a pensar las relaciones de poder en términos de estructura vincular, y no de mero atributo.

Es claro que para los liderazgos mesiánicos se predispone un vínculo autoritario, que produce, un crecimiento desmedido de sus capacidades que hace que se crean omnipresentes y que sin ellos nada tiene sentido.

Para Bertrand Russell, el poder es el elemento más importante, la meta última del ser humano y, junto con la gloria, uno de los principales deseos infinitos del hombre.

De ahí que para perpetuarlo se justifica cualquier acción, normalizan el uso de la violencia y utilizan las instituciones del Estado como instrumento de represión selectiva para contener el crecimiento de la actividad opositora.

Tratan de imponer un régimen que establece una forma de sociedad controlada, con ayuda de los militares y grupos que viven al margen de la ley, estableciendo acciones para excluir a los opositores de la vida política y de las actividades trascendentes de verdadera mejora social y económica.

Por ello el caso de Perú no debe ser una simple anécdota, suponer que las figuras están por encima de las Instituciones es un error. La historia nos ha demostrado que no hay gobierno tirano que dure 100 años ni pueblo bueno que lo aguante.

22
Nov
22

GRAVE ERROR

Por Eduardo Macías Garrido

Es un grave error del presidente de la República atacar, denostar, ofender a quienes piensan diferente a él y a los que no le ofrecen a su parecer el cien por ciento de lealtad ciega sin cuestionar sus decisiones. Por ello, a sus iniciativas enviadas al Congreso de la Unión, no permite que se le modifique un punto, una coma, rompiendo cualquier posibilidad de discusión, elemento indispensable en una democracia.

Grave error es llamar cretinos a los que defienden al Instituto Nacional Electoral (INE), conservadores, corruptos, hipócritas, clasistas y rateros a los que según el presidente organizaron la marcha del pasado 13 de noviembre. El ofender, el atacar, denigra a quien lo hace, el dialogar, conciliar y respetar a quien no piensa igual, enaltece.

El seguir atacando a la clase media de este país es un grave error, es una factura que tarde que temprano se reflejará en las urnas, la polarización, la división que ha generado Andrés Manuel López Obrador es algo que le cobraran los mexicanos. La gente en algún momento recobrará la memoria, recordará que es un pueblo fraterno, amigable, que tiende la mano a su hermano en desgracia.

Es un grave error el surgimiento en este gobierno de los famosos “aplaudidores” que se sienten reporteros. No tienen la menor idea de lo que es ser un verdadero periodista, no entienden que este por naturaleza cuestiona los actos del poder, esa es su labor, informar con objetividad a la sociedad.

En cambio, tenemos a una secta de «aplaudidores», que, apoyados por el actual gobierno, se dedican a incendiar las redes sociales y a polarizar más a una sociedad ya de por sí dividida. Y es que su líder, el presidente de la República, no entiende de las cuatro operaciones básicas de las matemáticas aplicadas en la vida diaria: nunca restar ni dividir, y siempre sumar y multiplicar.

Otro grave error es al interior de Morena, en donde siguiendo el ejemplo del presidente, dividen y estigmatizan a voces mucho más conciliadoras, quienes, al contrario de los ya radicalizados morenistas, tratan de buscar diálogo y consensos entre la sociedad.

Por eso, el subestimar al canciller Marcelo Ebrard y al senador Ricardo Monreal sería otro grave error. Los dos son viejos lobos de mar, guerreros de mil batallas, con gran camino recorrido y una gran experiencia política y administrativa. El atacarlos y llamar, por ejemplo, traidor a Monreal, es un desatino propio de novatos o de personajes como la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien cada día se parece más a un elefante en una cristalería, o lo que es lo mismo, es más peligrosa que un mono con guadaña en supermercado.

Es también un grave error gobernar desde el rencor, desde la venganza, desde las ocurrencias. El que ahora el 27 de noviembre quiera el presidente López Obrador marchar, claro, porque se lo “pidió el pueblo”, parece más la reacción de un niño malcriado que busca desquitarse del regaño que le acaba de propinar su mamá.

El «vamos a marchar porque la gente quiere», nos recuerda las famosas fuerzas vivas de Luis Echeverría Álvarez. Esta cargada que fuera parte de los usos y costumbres del PRI, como olvidar el famoso: “arriba y adelante”.

Grave error comete el señor presidente al subestimar al mexicano, tarde que temprano recuperara la memoria histórica, y recordara que somos un pueblo al que muchas veces les han quedado chicos sus gobernantes.

Correo: eduardomacg@icloud.com

Twitter: @eduardo84888581

15
Nov
22

EL INE Y LA CNDH

Por Eduardo Macías Garrido

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tiene como objetivo principal la protección de los derechos humanos, institución autónoma que costó años a los mexicanos consolidar. Hoy no solamente se encuentra mal dirigida, además resulta una burla para todos los que creen que van a ser defendidos ante la perpetración de abusos por parte del Estado.

La recomendación publicada recientemente por la CNDH en la que recomienda la transformación del Instituto Nacional Electoral (INE), mediante la revisión de la legislación electoral vigente, a través de un análisis serio y honesto, que recoja las expectativas ciudadanas actuales, y construya una reforma que otorgue certeza sobre la organización de las elecciones, sobre la imparcialidad del órgano encargado de contar los votos y sobre la designación de sus integrantes, es un desatino ridículo, innecesario y, sobre todo, ilegal.

El artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece con toda claridad que la CNDH no será competente tratándose de asuntos electorales y jurisdiccionales. Sin embargo, fue más el deseo de su actual titular de agradar al presidente de la República y al partido en el poder, que cumplir con su encomienda constitucional.  

Esta recomendación deja muy mal parada a la CNDH y a su presidenta, Rosario Ibarra Piedra, quien ya fue reconvenida por los integrantes del Consejo Consultivo de la propia Comisión Nacional, quienes rechazaron el pronunciamiento emitido por el organismo.

Si los mexicanos permitimos que se consolide en el Congreso de la Unión la reforma electoral, habremos perdido al único organismo que vela porque nuestro voto sea bien contado, con lo que se pondría en riesgo la democracia que tanto tiempo nos llevó instaurar en nuestro país.  

Lo más grave aún, es que, al paso de los años, tendremos un INE que se verá como la actual CNDH, un organismo que ya no será autónomo, que dependerá de la voluntad del presidente en turno y de su partido, como ya sucedió hace algunas décadas con el PRI.

Dónde quedo la forma de expresarse del hoy INE de Andrés Manuel López Obrador, cuando era dirigente del PRD, en donde decía que el logro más importante es la autonomía del Consejo del IFE, la forma en que se llegó a tener consejeros independientes que atribuía a una negociación política, además de que se cortaba el cordón umbilical con la secretaria de Gobernación.

Claro que se puede dialogar y ver la posibilidad de adelgazar presupuestalmente a nuestro órgano electoral, sin afectar su operación, pero que no se le olvide al presidente, que, con este INE, al que tanto critica, su partido ha ganado, más bien arrasado en las últimas elecciones del México actual, empezando porque con él ganó la presidencia de la República.

Es un INE que ha demostrado su eficiencia, eficacia, y, sobre todo, su confiabilidad en la organización de elecciones, donde a nadie le quedan dudas de que el resultado de las elecciones son el fiel reflejo de la voluntad del elector.

Siempre se pueden mejorar las instituciones y hacerlas más eficientes, pero destruirlas buscando un interés particular, es algo de lo que nos estaremos lamentando por muchos años todos los mexicanos. Es volver a un pasado que creíamos ya habíamos superado, es regresar al viejo PRI de Manuel Bartlett, aquel en donde si no alcanzaban los votos para ganar, se caía el sistema.

Correo: eduardomacg@icloud.com

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12
Nov
22

EL INE

Luis G Sánchezcaballero Rigalt.

“Hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: si el demócrata no tiene oposición, su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminar toda oposición.”

Óscar Arias.

08
Nov
22

LA LEGÍTIMA DEFENSA DEL INE

Por Eduardo Macías Garrido

En la reforma constitucional que pretende llevar a cabo el presidente Andrés Manuel López Obrador y el partido MORENA, en relación con el Instituto Nacional Electoral (INE), se está polarizando más a una sociedad de por sí ya muy confundida y dividida prácticamente en dos.

Los defensores de la reforma electoral aseguran que será para garantizar que exista una verdadera independencia e imparcialidad en quienes llevan a cabo la organización de elecciones en el país, argumento que no se sostiene por sí mismo, dado los resultados del INE en las últimas elecciones llevadas a cabo en nuestro territorio y, en particular, por la organización impecable de principio a fin en los últimos ejercicios electorales registrados.

El presidente pretende polarizar enarbolando la bandera de la democracia, misma que quedaría precisamente en entredicho con una reforma que sería regresiva como todas las que ha propuesto durante su mandato.

Según Andrés Manuel López Obrador con la reforma se busca que los responsables del proceso electoral sean gente de inobjetable honestidad, rectos y auténticos demócratas. Como toda institución humana, el INE es perfectible, se pueden mejorar seguramente muchas cosas, pero también se le debe calificar por sus resultados y estos han sido impecables.

Se han dado elecciones limpias, pacíficas y muy bien organizadas. Si lo que pretende el presidente es que haya consejeros afines a la 4t como sucede actualmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que cuando el presidente se enoja o pretende presionarlos simplemente declara que se equivocó en proponerlos para el cargo, va por el camino correcto.

Hay muchas cosas de las que seguramente los mexicanos nos estaremos lamentando durante las próximas décadas, como es el rezago educativo en este sexenio, en donde la propia titular de la dependencia no puede explicar a cabalidad el programa de estudios de nuestros jóvenes, una corrupción que no solamente no disminuyo, sino que está desatada, una seguridad pública que está en sus perores momentos, por citar solo algunos ejemplos. Sin embargo, la gota que derramaría el vaso sería el atentado contra nuestra democracia, que se pretende consumar como se consumó la transferencia de la Guardia Nacional al Ejército.

Décadas costaron a los mexicanos, entre ellos muchos miembros destacados de la izquierda mexicana, quienes lucharon, algunos hasta con su vida, por democratizar este país, en donde antes hasta era posible que se cayera el sistema y si no, no lo creen los jóvenes, es cosa de preguntarle al actual director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

Hoy estamos seguros de que el que gane es el que decidió la gente, que no habrá más fraudes electorales, que se respetará el voto de cada uno de las y los mexicanos que salen a votar. Sin embargo, el presidente, fiel a su costumbre, pretende destruir en lugar de construir, quiere acabar con el INE que organizó las elecciones en la que él fue electo presidente de la República y al que nos ha costado décadas construir para consolidar una democracia que no existía en tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

No se puede gobernar desde la revancha, desde el odio, desde la venganza, desde “al diablo con las instituciones”.

Correo: eduardomacg@icloud.com

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10
May
22

REFORMA ELECTORAL: ATAQUE AL INE

Por Eduardo Macías Garrido

El atentar contra el Instituto Nacional Electoral (INE), institución que tanto trabajo nos ha costado construir a todos los mexicanos, es ir en contra de la democracia en este país.

La reforma que propone el presidente de la República es un atentado contra la democracia. Al parecer, al igual que la rechazada reforma eléctrica, conlleva retrocesos en lo logrado ya durante años de una lucha de mexicanos valientes.

La reforma constitucional plantea crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas para substituir al INE, órgano autónomo que surgió para quitarle el control de las elecciones al gobierno. De esto se debe acordar muy bien el actual director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz.

Es muy delicado que con estridencias se quiera descalificar a un órgano electoral que ha fungido a la fecha como un árbitro claro, contundente y sereno al momento de las elecciones. Parece que el actual gobierno le tiene fobia al INE y, en particular, a su consejero presidente, Lorenzo Córdova, académico y politólogo respetado.

En un Estado democrático, habrá que recordarle a más de uno, no debe haber un poder absoluto. Por ello debemos fortalecer a nuestras instituciones y debatir, no imponer.

No se debe tolerar en el análisis y discusión de la reforma electoral presión de nadie, ni estridencias ni amenazas como las de Félix Salgado Macedonio. Las amenazas y la violencia son incompatibles con la democracia.

Se han presentado estrategias sistemáticas para descalificar al INE, la más reciente fue la pasada consulta del 10 de abril, en relación con la revocación de mandato. No funcionó, todo salió bien y la organización como en otros casos fue impecable por parte del instituto.

Una reforma electoral que sea regresiva va a seguir la ruta de la reforma eléctrica, va a ser rechazada con contundencia por la oposición. Se debe cuidar en su análisis no perder lo que hasta la fecha se ha conquistado: integridad electoral, respeto al voto y autoridades electorales confiables que garanticen equidad y condiciones democráticas.

La reforma deberá fortalecer las instituciones y las reglas que las rigen, ya que la democracia se agota y por eso hay que cuidarla. Debemos contar con un árbitro vigoroso que hasta hoy ha sido imparcial y ha permitido tener elecciones confiables que han llevado a una alternancia en el poder, respetando la voluntad de la gente, quienes con sus votos deciden quien quiere que los gobierne.

La institución ya existe, los partidos ahí siguen, pero el protagonista y responsable final de la democracia son los ciudadanos. Por ello, la reforma debe garantizar que las elecciones en un futuro respeten su voluntad y no rondé, como en el pasado, el fantasma del fraude, al que ya muchos se habían resignado.

Este mismo INE, al que muchos hoy le tienen filias y fobias, fue el que condujo con total pulcritud las anteriores elecciones presidenciales. El partido en el poder no debe ser mezquino, debe de dejar de un lado conductas autócratas que en nada benefician a México y al pueblo del que dicen son sus representantes.

Y por favor, si la reforma no es acompañada por la oposición, ya déjense de cuentos con aquello de traidores a la patria.  

Correo: eduardomacg@icloud.com

Twitter: @eduardo84888581

01
May
22

EL FEDERALISMO EN TIEMPOS DEL CENTRALISMO LIBERAL

Luis G Sánchezcaballero Rigalt

«La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas» Albert Camus

El pasado jueves, en un trato de iniciativa preferente, aun y cuando en los hechos no lo sea, se anunció, se recibió, se publicó en Gaceta y se turnó a comisiones en tiempo récord la llamada reforma democratizadora del sistema electoral que promovió el Ejecutivo Federal.

Pocos puntos resultan rescatables, lo más grave se sigue apelando a un discurso falso, que no soporta la forma de conducción de este gobierno sobre austeridad.

Dos temas llaman mi atención; la desaparición de los organismos electorales locales para conformar un solo mecanismo electoral nacional con instituciones administrativa y judicial únicas bajo el principio de la «austeridad republicana» y que, en los estados y municipios, los congresos y los ayuntamientos se regirán por el principio de listas postuladas en una sola demarcación que abarca la totalidad del territorio del estado o municipio respectivo.

Lo anterior, busca evidentemente tener un gobierno centralista que controle y maneje todo a su antojo y con un discurso demagógico y dictatorial matar al federalismo que impera en nuestra nación, para acumular más poder por parte del ejecutivo.

El federalismo es una forma de organización política consistente en establecer una alianza entre comunidades con el fin de unir realidades diferentes. Es la mejor manera de integrar una pluralidad de entes que quieren aliarse en beneficio del conjunto y de cada una de las partes.

El término «federar» proviene de faedus, que significa «pacto», «alianza». Un Estado federal es un Estado constituido a partir de la unión de una serie de territorios diversos o de la descentralización de un Estado unitario. De esta manera, podemos decir, que es un proceso por el que un conjunto de pueblos decide construir instituciones comunes para fortalecerse mutuamente y respetarse en lo que les distingue.

Ambos conceptos, unión y pluralidad, son indispensables para entender el sentido del federalismo moderno.

Si no hay voluntad de unión con los que son diferentes para tratarse como iguales, preservar los derechos fundamentales y promover fines comunes, no hay federación. La unidad y la diversidad no son conceptos opuestos. La unidad se opone a la desunión, y la diversidad a la homogeneidad, que no siempre favorece la unidad.

El Federalismo responde, entre otras, a las siguientes tres necesidades:

  1. Organizar política y racionalmente grandes espacios geográficos, incorporando relaciones de paridad entre sus distintas unidades y suprimiendo las relaciones de subordinación empleadas en los imperios y colonias de los siglos pasados;
  2. Integrar unidades relativamente autónomas en una entidad superior, salvaguardando sus peculiaridades culturales propias;
  3. La necesidad de dividir el poder para salvaguardar la libertad. Tal como sucede con la división de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, también se puede hacer una división territorial del poder, que se implementa a través de una participación funcional y competencial que diferencia los ámbitos posibles de actuación de cada nivel de gobierno.

Es la antítesis de las decisiones unilaterales, e incluso de las componendas bilaterales entre el centro y la periferia.

Dado que las sociedades evolucionan hacia estructuras cada vez más complejas, hacia una mezcla de grupos heterogéneos que provocan conflictos de carácter lingüístico, étnico o cultural, las estructuras de gobierno federales son las que mejor responden a las necesidades y requerimientos que puedan plantearse desde los intereses grupales.

Sin embargo, convive con otra que es la voluntad de mantener las singularidades derivadas de la lengua, las tradiciones, las formas de vida, las peculiaridades jurídicas de cada territorio.

No es la democracia centralizada la que procura mejores respuestas a dicha evolución, sino la democracia federal.

Dice que un pueblo que no conoce su historia está condenado a fracasar, basta recordar que en los albores del siglo XIX en nuestro país muchas medidas implementadas por el gobierno centralista fueron rechazadas, como la desaparición de ayuntamientos y el establecimiento de un impuesto a todos los habitantes y no tardaron en realizarse levantamientos armados y rebeliones ante las medidas adoptadas por el centralismo. —como la revolución federalista de 1840—, que llevaron al país a experimentar el periodo de mayor inestabilidad política y económica del siglo XIX.

Ante el desorden que imperaba en el país, algunos grupos, entre los que destacaron el ejército y los comerciantes extranjeros, fomentaron la instauración de una dictadura encabezada por Santa Anna en 1841. ¿No será que esta medida dizque electoral lleva jiribilla?




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