Archivo de 8 de noviembre de 2022

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LA LEGÍTIMA DEFENSA DEL INE

Por Eduardo Macías Garrido

En la reforma constitucional que pretende llevar a cabo el presidente Andrés Manuel López Obrador y el partido MORENA, en relación con el Instituto Nacional Electoral (INE), se está polarizando más a una sociedad de por sí ya muy confundida y dividida prácticamente en dos.

Los defensores de la reforma electoral aseguran que será para garantizar que exista una verdadera independencia e imparcialidad en quienes llevan a cabo la organización de elecciones en el país, argumento que no se sostiene por sí mismo, dado los resultados del INE en las últimas elecciones llevadas a cabo en nuestro territorio y, en particular, por la organización impecable de principio a fin en los últimos ejercicios electorales registrados.

El presidente pretende polarizar enarbolando la bandera de la democracia, misma que quedaría precisamente en entredicho con una reforma que sería regresiva como todas las que ha propuesto durante su mandato.

Según Andrés Manuel López Obrador con la reforma se busca que los responsables del proceso electoral sean gente de inobjetable honestidad, rectos y auténticos demócratas. Como toda institución humana, el INE es perfectible, se pueden mejorar seguramente muchas cosas, pero también se le debe calificar por sus resultados y estos han sido impecables.

Se han dado elecciones limpias, pacíficas y muy bien organizadas. Si lo que pretende el presidente es que haya consejeros afines a la 4t como sucede actualmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que cuando el presidente se enoja o pretende presionarlos simplemente declara que se equivocó en proponerlos para el cargo, va por el camino correcto.

Hay muchas cosas de las que seguramente los mexicanos nos estaremos lamentando durante las próximas décadas, como es el rezago educativo en este sexenio, en donde la propia titular de la dependencia no puede explicar a cabalidad el programa de estudios de nuestros jóvenes, una corrupción que no solamente no disminuyo, sino que está desatada, una seguridad pública que está en sus perores momentos, por citar solo algunos ejemplos. Sin embargo, la gota que derramaría el vaso sería el atentado contra nuestra democracia, que se pretende consumar como se consumó la transferencia de la Guardia Nacional al Ejército.

Décadas costaron a los mexicanos, entre ellos muchos miembros destacados de la izquierda mexicana, quienes lucharon, algunos hasta con su vida, por democratizar este país, en donde antes hasta era posible que se cayera el sistema y si no, no lo creen los jóvenes, es cosa de preguntarle al actual director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

Hoy estamos seguros de que el que gane es el que decidió la gente, que no habrá más fraudes electorales, que se respetará el voto de cada uno de las y los mexicanos que salen a votar. Sin embargo, el presidente, fiel a su costumbre, pretende destruir en lugar de construir, quiere acabar con el INE que organizó las elecciones en la que él fue electo presidente de la República y al que nos ha costado décadas construir para consolidar una democracia que no existía en tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

No se puede gobernar desde la revancha, desde el odio, desde la venganza, desde “al diablo con las instituciones”.

Correo: eduardomacg@icloud.com

Twitter: @eduardo84888581




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